Conozca la prosperidad con el YO SOY 3
Por: FRANCISCO ANTONIO RODRIGUEZ FIGUEROA
No hay nada malo en que una persona sea rica. El problema surge cuando la ambición por el dinero se convierte en una pesadilla para el individuo. La codicia sí que es un pecado peligroso.
Esta es la idolatría que hoy hacen muchas personas, se prudente en tu manera de pensar y de actuar frente a la vida.
Porque la vida en este mundo es corta pero, la vida espiritual es eterna y nos da toda la eternidad llenos de paz y luz ya que todos nosotros somos la luz del universo que cada día alumbramos para que las sombras desaparezcan.
El amor al dinero distorsiona por completo la visión de la vida y conduce a prácticas pecaminosas y a un distanciamiento de Dios.
En las sagradas escrituras se amonesta contra la acumulación de riquezas el objetivo primordial del corazón que impide que se olvide del YO SOY tu Dios el DIOS Vivo.
Siempre que hay prosperidad hay olvido su corazón se llena de orgullo y humillación para con las personas que están a su lado, no olvides que el YO SOY tu Dios es primero, y es el fundamento de la base de ser una persona con principios.
“Y tus vacas y tus ovejas se aumenten y la plata y el oro se te multipliquen; y todo lo que tuviereis se aumente”.
“Y se enorgullezca tu corazón y te olvides de Jehová tu Dios, que te saco de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”. Deuteronomio: 8: 13-14.
Toda persona que le ha sido alcanzado por las riquezas se vuelve vacías llenas de ideas infundadas por la riqueza, volviéndose infructífera para el reino de DIOS.
“No confiéis en la violencia, ni en la rapiña; no os envanezcáis; si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas”. Salmo: 62:10.
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